... el problema es saber de quién es la carne que se pica.
Este libro me obsesionó... en algún momento escribiré algo, sobre este turco. Por ahora les dejo el mejor diálogo, el más violentamente político, el que mejor expresa esa contradicción.
La escena es así: un escritor ex PC y un agente del ejército (que había sido su mejor amigo en algún momento) charlan en un bar. El escritor no sabe todavía si lo ha venido a buscar a él. Habla el botón:
"- Así me gusta, compadre, tenemos que salir alegres en las fotografías para que no crean que mataron a dos amargados, ja ja. Es tarde, turco. Porque si vos estás en la guerrilla, en este momento con seguridad te están vigilando. Y te ven, ponele, conmigo. Entonces a mí, al verme con vos, ante la duda, me matan. Y después te van a matar a vos, no te vas a salvar, no. Y si no estás en la guerrilla, y ahora los montos, o los erpes, me están siguiendo a mí… ¡a mí!, sí, ¡a mí!, ¡deben tener fotos mías así de grandes!, posters deben tener ya, ¿por qué te creés vos que me río siempre?... Ponele que me siguen y te ven ahora a vos, ahora, conmigo. Entonces a vos, ante la duda, te matan, y después me van a boletear a mí. Quiere que le diga la verdad, compadre, en el fondo me encantaría que usted fuera un guerrillero y no un cagón. ¿Y sabe por qué?... porque me volvería loco por invitar a compartir la mesa al que me sigue a mí y al que lo sigue a usted. No lo niegue, sería formidable, los cuatro aquí, emborrachándonos, contándonos la infancia, hablando de minas… Después, alegremente, nos reventaríamos a tiros…"
Jorge Asís, Carne Picada, 1981.