viernes, 18 de julio de 2008

Me acuerdo...

Me acuerdo de una discusión con Gabo, que ahora parece lejana y vetusta, acerca de la decisión del Néstor de apoyarse en PJ para empezar a construir una fuerza política. A Gabo no le gustaba la idea, a mi me parecía una buena política.

Me acuerdo que muchos amigos kirchneristas (sinceros, convencidos, militantes) putearon cuando Néstor decide reorganizar al PJ. A mí me pareció una jugada muy inteligente.

Me acuerdo que cierto familiar cercano dijo cuando Néstor habló en el acto de su asunción en el PJ: "ves al final es siempre lo mismo. Estos peronchos se juntan solo entre ellos.." Yo no le contesté (porque sabía que me iba a pelear), pero a mi me gustó que fuera el presidente.

Me acuerdo de todo esto y digo: ¿Se imaginan que hubiera pasado si el Néstor no se hubiera apoyado en el PJ? ¿Quién iba a reventar tres Plazas en tres semanas? ¿Que tanto peor podrían haber sido las cosas?

martes, 15 de julio de 2008

Hoy la opción es simple

Los dueños "libres" o el pueblo organizado.

jueves, 10 de julio de 2008

Pase a planta

Hoy me enteré que para ser
de planta permanente hay que ganarse el puesto,
ganárselo mostrando
interés en el puesto, siendo diligente
en los pedidos de los regentes
y no tener otros trabajos aunque
no sea suficiente el sueldo abonado
en moneda corriente.

Además, no se puede bajar
el rendimiento; si no se lo
mantiene al rendimiento
dentro de una curva previsible
uno jamás va a ser de planta permanente.

Resulta que no tengo el mismo derecho
que mi abuelo me contaba, él que tenía
techo y estaba inserto en una relación
salarial en blanco. No poseo ese derecho histórico
y mi deber es ganármelo con el interés en mi puesto.

Hoy me enteré que sindicato no tengo.
No estoy afiliado a nadie que me abrigue gremialmente
y nadie a quien pueda darle un abrazo fraterno.

Gusano que andas raspando (Mañana)


martes, 1 de julio de 2008

"Es el último creativo del rock, papá"

Mi amigo fue contundente. Me pareció una de esas afirmaciones absolutas, que han resuelto de antemano el problema que se plantearon… si es que se lo plantearon alguna vez.

“El exilio de las especies” es un disco raro. Vuelve con sonidos que ya habían experimentado: gangsta rap (pero oriundo del barrio Piedrabuena); ese reaggae espeso, denso como una crema de mercurio bien a punto y que no está cantado siquiera, sino que es una especie de recitativo o el monólogo de un adicto:

Rojaijú, mama,
rojaijú, cuando pienso en vos,
aquí en Africa”.


Un rocanrrol clásico y garagero de las Viejas, con frases geniales como:

A mi chica no le importa que me pise un camión
Se fue con un peruano que es un Guns & Rose


En un momento del rock en el que bandas te advierten antes de que las escuches que “no te va a gustar”, o en el que aquellos que se habían separado y/ o peleado a muerte, se vuelven a juntar en River o en Planetario… En este momento un poco chato, parece que el Pity es uno de los pocos que se anima a jugarse con algo distinto. Y lo hace más que bien. Un tipo que por ejemplo, se banca el exponer (imitando un acento gallego de documental del Canal Encuentro) una serie de postulados ontológicos acerca de los seres, los cuerpos y la energía, durante dos minutos antes de empezar a cantar “Casi sin pensar”.

Y lo mejor de todo, lo que mejor hace el Pity: esas baladas agridulces, como azúcar tostada. Esas melodías que se empapan en la melosidad de una canción concheta de amor con versos igual de empalagosos, igual de remojados en la miel de un meollo melancólico; pero que en un momento se tornan amargos o agrios o salados, que toman cualquier sabor, pero que dejan de ser dulces por la voz rasposa y aguda del Pity, la “garganta con arena” macerada en pasta base del rock.

Mi amigo es como yo, igual de vehemente que yo. Pero después de escuchar por quinta vez consecutiva el disco… me parece que esta vez tiene razón.