jueves, 15 de noviembre de 2007

Flores de floresta




Las chicas de mi barrio
son apetitosas
como una cazuela de jaiba
y leche de coco.

Tienen piernas largas
untadas en luces
que se van quebrando a cada paso.

Embutido el cuerpo en vestidos de cuero
se pringan las mejillas con cremas alcalinas
y aromatizan sus tonos
con desodorantes de guayaba.

Las chicas de mi barrio
no presentan objeción alguna
al desparramo de sus trópicos
en la vereda de turmalina color topacio.

Anoche a la rivera del Sarmiento
miraba a una de ellas actuarle a su patrón
de manera lastimera y con ojeras lacrimosas
para regatear un porcentaje del arriendo de la acera.



No hay comentarios: